domingo, 27 de marzo de 2011

Capitulo 15

Charlotte llegó alrededor de la una, pasé tiempo con ella y Charles gastándonos bromas y cosas así. Ella era un amor de persona, lo iba descubriendo poco a poco, a veces uno no se da cuenta de las grandes personas que pasan por nuestras vidas, y simplemente las dejamos pasar. Pero nunca es tarde para notarlo.

Tania me llamó y me dijo que ella y Camilo también irían a Sin Censura (Camilo había sido invitado por Iván), así que me pasarían a buscar a las 7pm. Suspiré luego de colgar el teléfono, a ella definitivamente no se le podía dar un no por respuesta. Charles se fue a las 4 de la tarde ya que tenía que ir a cumplir su turno de día sábado en el restaurante.

Recorrí la habitación con la mirada, inútilmente buscando alguna idea en las paredes de qué ponerme para ir a ver a la banda. Charlotte me observó divertida.

-Me encantaría ayudarte a arreglarte para tu salida de hoy – dijo con su voz melodiosa.
-Y yo amaría que lo hicieras- ambas reímos.

Desarmamos mi clóset en busca de una tenida “apropiada” y nos quedamos al final con unos jeans gastados, botines y una remera holgada que dejaba ver parte de mi barriga. Me incomodó un poco mi tenida, pero debía admitir que me veía bien, Charlotte era la mejor asesora de imagen que podías conseguir. No abuse del maquillaje, sólo mi típico delineado de ojos.

-¿Cómo se llama el chico? – me sorprendió la pregunta, yo no había mencionado en ningún momento a algún chico ( Charles no cuenta como uno).
-¿A qué te refieres?
- Pues debes ir a juntarte con tu novio, has estado sonriendo todo el rato – Sonreí y asentí.
-Se llama Iván.
-Me recuerdas un poco a mí, quizás me equivoque, pero en verdad estaba enamorada de él, o si así puede llamarse estar completamente enganchada a alguien – bajó su mirada, y una ola de compasión me recorrió. Me senté a su lado y la abracé- creo que si soy un estúpida ingenua- suspiró – así me dijo mi padre antes de decirme que tomara todas mis cosas y me fuera.
-No lo eres, quizás cometiste un error, o quizás no, lo importante es que aprendas de él y continúes adelante- un silencio nos envolvió por unos segundos, y luego estallamos en carcajadas- ¡Diablos! Soné como una maldita abuela.
-Sí – intentó ahogar su risa – pero gracias.

Al rato llegó Camilo y Tania. Los obligué a pasar un momento a casa y que conocieran a Charlotte. Se llevaron bastante bien. Y me sorprendió ver tan juntos a Tania y a mi “hermano”, a pesar de que ellos nunca lo reconocían yo sabía que en su interior no eran “solo amigos”, eso hasta un ciego lo notaba. Después de un rato nos fuimos hacia la fiesta. En el auto de Camilo, obviamente me fui en el asiento trasero, no era mi intención alejar a los enamorados.
Al llegar al pub en donde los chicos tocarían, nos encontramos con una especie de bodega gigante, con afiches de colores pegados cerca de la entrada y graffitis en las paredes. Yo lo encontré perfecto. Por dentro tampoco de decepcionó, tenía un aspecto de caverna moderna, con una combinación de rock clásico y tecno. Había una pequeña pista de baile cerca del escenario, y las mesas y sillones abarcaban casi todo el lugar. La barra estaba llena.

Intenté buscar a Iván con la mirada, pero el lugar estaba relativamente lleno, y seguramente ellos estaban en algún lugar atrás del escenario. Con los chicos encontramos la mesa que estaba más cerca del escenario y la unimos con la mesa repleta de chicas en donde estaba Catherine. Ella estaba tan emocionada que nadie podía evitar darse cuenta al sólo verla. Era bastante extrovertida. Con Camilo fuimos a la barra a pedir unos tragos (él mío era el más suave). El hombre le había preguntado la edad a Camilo, pero al verme a mí a su lado mágicamente olvidó la pregunta y me sonrió.

-¿Qué se le ofrece a la señorita? – Camilo frunció el seño. “Asqueroso “ pensé. Repetí el pedido que había dicho Camilo y nos alejamos con las bebidas.
- Eso fue de lo más extraño – se burló mi hermano.
-Fue psicópata- nos reímos.

Esperamos unos 30 minutos pacientemente (no tanto) a que la banda fuera anunciada, y por fin un chico apareció a través de la cortina negra que había al fondo del escenario. Quizás nadie lo notó, pero nosotros que estábamos bastante atentos al escenario nos dimos cuenta como los chicos, entre ellos Iván, iban acomodando los instrumentos. Marcus se acercó al micrófono y pude ver como a Cath (como le gustaba que le dijeran) se le iluminaron los ojos.

-Buenas noches a todos, somos HeyYou, espero que les guste…

Iván perfecto tocando la guitarra, esperé que localizara mi mirada y me sonriera o algo, pero no hubo nada, estaba segura que me había visto, nuestras miradas se habían cruzado unas diez veces, pero a él parecía no importarle en lo absoluto. O quizás yo estaba siendo muy exagerada y solamente estaba nervioso. Aunque nunca pensé que nervioso e Iván pudiera ir en una misma oración.

Las primeras tres canciones que tocaron las conocía muy bien, y pude hasta cantar los coros. A el público parecía gustarles, pero ¿A quién no? Eran los mejores. Al terminar la tercera canción Marcus y mi novio cambiaron lugares, el primero tomó la guitarra y el segundo se puso en la posición central, frente al micrófono. Mi corazón se aceleró al darme cuenta que iba a cantar y no sólo corear una canción, esa sí que era una gran sorpresa.

Las cuerdas de la guitarra comenzaron a sonar lentamente, y el bajo retumbaba en el fondo. La canción parecía ser triste, pero aún así la voz de Iván me envolvió, era perfecta, y pude notar que varías chicas lo miraban con cara de querer devorárselo.
“Why you did it to me, you were the best reason to be alive, but you lie, you said you love me, but you lie… You were my perfect love, the girl that I think that was good for me, but no, you lie, you play with my heart, you broke it, and I know that you don’t care about that…”  

Iván cantaba la canción con dolor y rabia, me observó directamente a los ojos, sentía su dolor como mío, quizás era ridículo, pero pude sentir como cada palabra de la canción se refería a mí. Supe que algunas personas (las que estaban más cerca de mí) se habían percatado de la intensa mirada que él tenía sobre mí. Yo tampoco aparte la vista, quise saber por qué, pero obviamente no podía pararme y preguntarle por qué estaba haciendo eso, a lo mejor era sólo una estrategia de interpretación. No lo sabía, pero su dolor me estaba matando, lo conocía, algo no estaba bien con él y me dolía no poder abrazarlo en esos momentos, me dolía tener ese mal presentimiento instalado en mi corazón, esa presión en mi pecho, que hacía que respirara dificultosamente. En otras ocasiones esa hubiera sido una común respuesta de mi cuerpo a la mirada penetrante de mi novio, pero esto no estaba bien, lo sabía. Terminó la canción y todos aplaudieron a más no poder, las chicas suspiraban y gritaban cosas que en ese momento no me importaron. Yo no pude hacer más que quedarme petrificada en mi asiento…

¡Ni siquiera me dedicó una sonrisa!

Apartó su mirada bruscamente y en las siguientes tres canciones, no me miró en ningún momento. Mi corazón estaba apretado, rogaba en lo muy profundo de mí ser que no fuera nada malo, aunque estaba segura de que sí lo era.

Ivan’s POV.

El viernes estuve toda la tarde tocando la guitarra, los chicos me preguntaron qué me pasaba, pero no les dije nada, ¿Y para qué? Ni siquiera estaba completamente seguro de lo que me habían dicho, pero ¿Y si era cierto?
No me quería imaginar a ese estúpido besando a mi novia, a la chica de mis sueños, además ella me lo hubiera dicho, yo sabía que ella noble y sincera, no me hubiera hecho eso, la conocía.

Pero aún con pensamientos tranquilizadores la rabia seguía instalada en mí, y dicen que con rabia y pena se han escrito grandes canciones, por lo tanto descargué mis inseguridades en un papel, quizás era dura la canción, y no estaba seguro de pensar ni la mitad de las cosas que estaba escribiendo con tanto esmero, pero necesitaba hacerlo, era como una terapia para mí, siempre lo hacía.
Los chicos dejaron que me encerrara en mi burbuja, ellos estaban hablando de cosas técnicas para la presentación. Tomé la guitarra y comencé a cantar, me dieron ganas de llorar, pero nunca lo había hecho y a pesar de todo era lo suficientemente fuerte para reprimir las lágrimas. Marcus se acercó a mi lado, y puso una mano en mi hombro, él era un gran amigo, estaba seguro que él se había dado cuenta que algo no andaba bien.

-Wow amigo, esa canción esta de lo mejor – dijo Sebastián, que obviamente no era de la gente más perceptiva – deberíamos incluirla mañana ¿No crees Marcus?
-Pues, si Iván está de acuerdo en cantarla, por mi está bien – yo lo observé, pensé en que no había nada raro en incluir una canción relativamente melancólica, en un repertorio de siete canciones, así que accedí.

Me fui a mi casa y me dormí reprimiendo el deseo de llamar a Sofía y pedirle que me dijera la verdad en ese mismo momento, seguía alterado, ya que mil imágenes pasaban una y otra vez por mi mente… Si, tenía imaginación.

Al día siguiente seguía dolido, pero ocupé mi mente acarreando cables e instrumentos todo el día de la bodega en donde ensayábamos hasta el local, además me hice cargo de los “problemitas” de último minuto, así que apenas tuve tiempo de llegar al ensayo. Marcus se sentó a mi lado mientras tomaba una cerveza en la barra.

-¿Pasa algo malo?- siempre había pensado que él cumplía el rol de padre en el grupo, o “líder”, pero de cualquier forma siempre andaba preocupado por nosotros.
-No – suspiré – nada importante- hice un intento fallido de sonrisa, pero no me preguntó nada más, y en el fondo se lo agradecí.

Cuando se comenzó a llenar nos tuvimos que ir atrás del escenario a ajustar los últimos detalles. Llegado el momento salimos al escenario y Marcus presentó al grupo. Vi a Sofía sentada en una mesa en primera fila rodeada de Camilo, Tania, Catherine y un montón de chicas que no reconocí. Mi corazón se aceleró, quise correr y besarla, pero me contuve, debía aclarar todo con ella primero, y no podía mirarla a los ojos, porque me sentía una basura humana al desconfiar de ella. Comenzamos a tocar y me concentré en las cuerdas de mi guitarra, cuando llegó el momento en que debía cantar mi nueva canción , me puse frente al micrófono intentando mantener la calma y no sentirme culpable por haber escrito la canción pensando en la chica que estaba casi al frente mío con cara de preocupación.
Cuando empecé a cantar un nudo se formó en mi garganta, al notar la mirada de Sofía, pero exitosamente nadie lo notó, todos estaban moviendo sus cuerpos al ritmo de la canción. Mi mirada y la de mi novia se cruzaron y la miré durante toda la canción no estando consciente de lo que cantaba, dejé escapar toda la rabia que tenía desde que había hablado con Tomás, y toda la ira que sentía al imaginármela besándolo. La guitarra aumentó la intensidad y yo dejé que las palabras finales de la canción salieran con fuerza. Aparté enseguida la mirada de los profundos ojos de Sofía, me estaba matando verla y no poder sacar el sentimiento de dolor y angustia al no saber qué era lo que de verdad había pasado.

Las últimas tres canciones se hicieron eternas, pero cuando por fin terminaron él publico nos llenó de aplausos, y pidieron una última canción, por supuesto tuvimos que improvisar alguna que se nos hubiera quedado rezagada por ahí. Al finalizar volvimos a la parte trasera del escenario en donde había unos cuantos sillones. Los chicos estaban eufóricos, era obvio que habíamos sido un éxito, o algo así. Catherine no tardó en irrumpir en donde estábamos y fue a abrazar a Marcus. Luego llegó el grupo de chicas que no conocía y más atrás venía Camilo, Tania y Sofía.

Todos nos felicitaron, Sofía no estaba muy segura de acercarse a mí, y yo tampoco estaba seguro de querer preguntar, pero debía hacerlo.

Sofía’s POV.

Gracias a Catherine pudimos infiltrarnos en la parte de atrás del escenario, en donde se suponía que la banda estaba. Al entrar todos estaban riéndose, nosotros los felicitamos (aunque yo no hice mucho más que sonreír), no podía apartar la vista de Iván, pero era solo una mirada de reojo, no estaba segura de querer saber lo que de verdad estaba sintiendo en esos momentos. Se acercó a mí pero en vez de detenerse siguió de largo con una mirada de “Sígueme”. Por supuesto lo hice. Me guió hasta una puerta de metal que daba a una especie de bodega que estaba llena luces, metales, cables, etc.

Cerró la puerta tras nosotros y me observó por unos segundos.

-Gracias por venir – me dijo, yo intenté encontrar su mirada, pero la apartó y la fijó en el suelo.
-Te dije que lo haría – susurré. Un silencio incómodo no envolvió, y mi corazón subió a mi garganta. Me acerqué medio paso, ya que él parecía estar a alguna “distancia segura” - ¿Pasa algo? – la voz casi me falló, no soportaba verlo tan distante.
-Sí, tengo una pregunta que hacerte, la verdad estoy seguro que es mentira… Pero quiero escucharlo de tus labios – Se acercó un paso a mí y quedamos lo suficientemente cerca para que el posara sus palmas en mis mejillas, me miró directamente a los ojos, y su mirada de dolor rompió mi corazón – por favor dime que es mentira…
-¿Qué cosa?
- Dime que tú y Tomás no se besaron, por favor dime que no es cierto y que me gastaron una broma – su mirada me taladró y sentí que mis piernas me fallaron. Por eso estaba así conmigo, por eso la canción, por todo eso… Era la hora de aclararlo…
- Si, pero… - no pude seguir ya que se alejó bruscamente de mi.
-¿Entonces es cierto? – su rostro cambió, estaba destrozado, y unas lágrimas cayeron por mis mejillas.
- No pero no es lo que estás pensando – sollocé.
- Claro Sofía, nunca es lo que uno piensa ¿cierto?
-Pero…pero… las cosas no fueron así, déjame explicarlo…
-Pues a mí me quedo claro, ¡Qué idiota fui!, estaba seguro que serías honesta conmigo, ¿por qué Sofía? , si ya no querías estar conmigo debiste decírmelo, debiste decirme que querías a ese…- no continuó – ¡Pero no! ¿y sabes lo peor?. ¡Es que todo el mundo lo sabía! ¡Todos! Menos yo el muy estúpido.

La rabia y la impotencia me invadieron. ¡No me dejaba explicarle! ¡No estaba confiando en mi!
-Por favor déjame hablar – casi le grité, tenía las mejillas empapadas – por qué piensas que te engañaría con él, yo te amo a ti Iván, sólo a ti.
- No sabía que amar implicaba besar a otras personas.
- ¡No fue así! Yo…
- ¿Sabes qué? Da igual – me interrumpió – Quizás sea mejor así…- sus ojos se llenaron de lágrimas.
-¡¿Por qué no puedes guardar tu orgullo y escuchar lo que tengo para decirte?! – intenté acercarme a él, pero él se alejó y apartó su mirada de la mía - ¡Dijiste que me amabas – el llanto ahogaba mis palabras – sólo tienes que confiar en mí! – intenté acercarme de nuevo, pero no me dejó. Me miró directamente a mis ojos.
- Pensé que te amaba, pero no puedo confiar en ti, no puedo creer que me hayas hecho eso, no puedo aceptar que lo hayas besado, y ni siquiera puedas negarlo.- él estaba llorando igual que yo, pero quitaba con rabia las lágrimas apenas salían- No podemos seguir juntos Sofía, en verdad te amaba, pero esto no lo puedo perdonar, no puedo… - Salió de la pequeña bodega y cerró la puerta tras de sí, dejándome con las palabras atrapadas en la garganta.

Apoyé mi espalda contra una pared y me deslicé hasta quedar sentada en el suelo. Llore de rabia, lloré de pena, lloré de impotencia y sólo lloré no sé por cuánto tiempo. Él no confiaba en mí, y eso dolía más que ninguna herida que uno pudiera hacerse. Me dolía todo el cuerpo. Creo que eso uno siente cuando le rompen el corazón, duele cada fibra del cuerpo. Intenté tranquilizarme un poco, grité consciente de que nadie podría escucharme, ya que estaba lejos de todo, y la música apagaría toda posibilidad de que me escucharan. Cuando no me quedaron más lágrimas salí y regresé a la misma sala en donde estaba la banda hace unos (no sé cuánto tiempo pasó), ahí encontré a todos, menos a… él. Le pedí a Camilo que me llevara a casa, y sin preguntar nada, asintió. No supe qué cara debí haber llevado, ya que Tania no hizo ninguna pregunta en todo el camino a casa, y ella era particularmente curiosa. En el fondo lo agradecí. Vi la hora en la parte delantera del auto, eran las 2am.

Cuando llegué a la casa, me dirigí directamente a mi habitación, y lloré con las lágrimas que pensé que ya no tenía, mi pecho dolía, y la sensación de estar quebrada tampoco se había ido. Mi padre llegó preocupado después de un rato. Me escucho a pesar de intentar ahogar mi llanto en la almohada. Se sentó a mi lado y me abrazó preguntando una y otra vez qué me había pasado. Cuando vio que en ese momento no haría nada más que llorar me arrullo en sus brazos y comenzó a cantar mi canción de cuna. Con pequeños “Hip” fui cayendo en un profundo sueño… Deseaba no despertar jamás.     

Bueno aquí les dejo un capítulo que personalmente me causa muchas cosas... espero que les guste ( quizás no les guste) pero de todos modos, espero sus comentarios, y de verdad lamento ausentarme tanto tiempo y no cumplir con el adelanto, pero por fin me llegó la inspiración divina... ¡Cuídense chicas!