jueves, 2 de diciembre de 2010

Capitulo 11


-Ah, hola Iván, te presento a Samanta. – la mujer, que tenía alrededor de 40 años, me sonrió a modo de saludo.

-Un gusto – tendí mi mano, y ella dio un leve apretón, parecía simpática. Hice mi pedido , y fui con los cafés hasta la mesa. Conversamos sobre cosas sin importancias con Sofía, aún seguía molesta, aunque lo trataba de ocultar con sonrisas superficiales. Bruno “mi suegro” , se acerco luego de un rato a nuestra mesa, yo ya había terminado mi café, y Sofía seguía jugando con la bombilla entre sus dientes.

-Hija, puedes irte a casa con Iván, llegaré un poco tarde esta noche, debo hacer algunos negocios – mi novia levantó una ceja, estaba enojada, lo sabia – Y tú  ¿puedes llevarla? – asentí – gracias muchacho.

Le dio un ligero beso en la mejilla a su hija y luego se fue a la caja registradora. Escuché un sonoro bufido proveniente de Sofía. Apreté su mano para intentar tranquilizarla. Luego salimos del local y caminamos hasta su casa, el silencio nos inundó de inmediato, era incómodo, pero debía darle su espacio para maldecir a medio mundo, podía apostar mi cabeza a que eso estaba haciendo en esos momentos. Al entrar a su casa , me debatí en irme o no, quizás necesitaba estar sola, o alguna de esas cosas que les gusta hacer a las chicas. Le di un leve toque en sus labios con los míos. Noté que cerró sus ojos y luego suspiró. Fui hasta la puerta y me dispuse a salir…

Sofía’s POV

Su suave roce me despertó mil terminaciones nerviosas y me tranquilicé.
Minutos atrás había estado maldiciendo a mi padre, ¡Negocios!, una manera descarada de decir que estaría “ocupado” con esa zorra. Cómo me hacía algo así, no tenía el derecho, ¡Dios! ¿Y qué le veía? Más bien parecía una copia barata de la Barbie ejecutiva.

Ok, quizás estaba exagerando, y en verdad mi padre tenía un negocio en sus manos, ¿pero por qué no me lo dijo antes?

Al diablo con todo, mi lindo novio estaba a punto de irse, y yo estaba como idiota parada viéndolo cerrar la puerta.
Tomé su chaqueta con la punta de mis dedos y él se dio vuelta a mirarme.

-¿Por qué te vas? – sonreí inocentemente, me acerqué a él y cerré la puerta que aún sostenía con una de sus manos.
- ¿Ya pasaste tu enojo? – me abrazó por la cintura y me atrajo hacia él.

Busqué sus labios con los míos, y él me ayudó acercándose a mí. Apenas rozó mis labios mi corazón latió desbocado, y miles de descargas eléctricas recorrieron mi cuerpo. Su lengua recorrió el contorno de mis labios, para luego intensificar el beso. Mis manos se posaron al costado de su cuello, y lo acerqué aún más a mí. Choqué con lo que parecía era una pared. Las manos de Iván bajaron a mi espalda baja, y me acercó a su cuerpo. Las mías volaron a su remera, y no sé muy bien porqué instinto loco, pero se la saqué. Su boca bajo a mi cuello, y logró que se me escapara un pequeño gemido, me odié internamente por ser tan débil cuando me tocaba, pero era inevitable. Trazó un caminito de besos hasta volver de nuevo a mi boca.

Iván se separó, muy a mi pesar, a buscar aire. Apoyó su frente con la mía mientras recuperaba el aliento. Mis brazos rodearon su  cuello me percaté de que mis mejillas habían comenzado a arder. Si, definitivamente esta vez mis hormonas se habían pasado de la ralla. Sus ojos se conectaron inmediatamente con los míos, me perdí, como siempre, en ellos, y quizás pasaron segundos, o horas, pero lo importante que con él todo se iba, ¿Había mencionado ya que él era mi analgésico personal?, Si lo hice , cada día iba comprobando más mi teoría.

-Me debo ir preciosa – dijo luego de un rato de mirarnos a los ojos – mañana tenemos instituto – hizo una pequeña mueca, que hizo que se viera aún más tierno.
-No quiero que te vayas – hice un puchero – quédate ¿sí?

Lo pensó durante unos segundos, puse mi mejor cara de persuasión. Él finalmente suspiró pesadamente, puso su mano en mi mejilla y la acarició con su pulgar.

-Sólo hasta que te duermas – yo asentí y me separé para subir a mi habitación. Me siguió, tomé mi pijama, me lo puse en el baño ni siquiera me tomé el tiempo de verme al espejo, salí del cuarto de baño y me dirigí a mi cama en donde ya se encontraba Iván. Él me tapo con las sábanas y comenzó a cantar suavemente una canción.

“…So if you need me and, baby, I make you feel alive
I know I must be doing, doing something right…”

Apoyé mi cabeza en su pecho, sentía su tranquilo palpitar mientras escuchaba su melodiosa voz, era perfecto intentar conciliar el sueño así, comencé a respirar más acompasadamente, sentí como mis latidos se unían suavemente a los suyos. Y me dormí, abrazando al que me había vuelto un poco la alegría de vivir, y de sentirse querida, Iván.

A la mañana siguiente desperté con la mínima esperanza de que Iván se hubiera quedado conmigo, pero no estaba, obvio, mi padre hipotéticamente llegaría en el transcurso de la noche, y no era la mejor imagen ver a tu hija durmiendo con su novio. Aunque pensándolo bien, poco me hubiera importado, yo hubiera sido feliz con el solo hecho de despertar junto a Iván. “Estás expeliendo cursilerías por todos los poros” dijo mi mente, que cada vez me retaba menos. Quizás era porque estaba más inteligente. “No creo- dijo pesadamente- es sólo que me aburres”
Le quité importancia a mi delirio mental, y fui hacia el baño, casi me caigo de espalda al ver el pequeño morado que tenía en mi cuello, comencé a pensar en cuando me lo pude haber hecho, y recordé la escena de anoche en el living de mi casa. Si, Iván me las pagaría. Me duché y me vestí con una remera larga (casi vestido), botines, y jeans ajustados, completé mi look con una linda bufanda azul. Claro, no quería que mi padre viera “mi marca “.
Fui hasta la cocina como era de costumbre y ahí estaba mi padre, haciendo tostadas y huevos. Me dio un beso en la frente, y luego se sentó conmigo mientras ambos devorábamos el desayuno.

-Y… ¿cómo fueron los negocios anoche? – la curiosidad y rabia habían vuelto, quería saber de esos negocios si es que en verdad existían.
- Bien – una gran sonrisa se pintó en su rostro- aunque aún no te puedo decir nada hasta que no esté concretado, prefiero no causar pánico antes de que sea oficial – algo en su voz delató que quizás esos negocios no fueran por completo de mi agrado. Bufé frustrada odiaba no saber las cosas que ocurrían bajo mi mismo techo, pero decidí dejarlo pasar.

Al llegar al instituto todo seguía normal, “Día lunes, oficialmente te odio”  Aunque era un tanto divertido ver las caras de mis compañeros en el salón, era algo así como un funeral, y el muerto definitivamente se encontraba en los libros, ¿Qué me importaba a mi saber que había pasado hace 200 años, si ni siquiera sabía lo que estaba pasando en el mundo ahora? Triste, pero así es el colegio, te hacen interesarte más en cosas que quizás nunca te servirán en la vida, que en tus propios problemas. Pero bueno, no era como si le estuviera poniendo mucha atención al profesor, más bien estaba muy concentrada en mis cavilaciones sobre la vida y la muerte y todas esas mierdas… ¿A quién engaño?, estaba pensando en Iván. Lo admito.

Alguien llamo mi atención a mi lado. Camilo. Debía reconocer que en mi estaba creciendo un pequeño sentimiento hacia él, quizás él era al único que consideraría mi familia por parte de mi madre, sin duda eso era a causa de que, primero, no conocía a nadie más, y segundo, que claramente no aceptaría a mi “madre” como mi familia.

Camilo estaba raro, y tomando en cuenta que no lo conocía, igual me daba cuenta de su extrañeza. Se encontraba apoyado despreocupadamente en uno de sus codos, y con la palma de su mano afirmaba su mentón. Pero eso no era lo raro, sus ojos, decían que no se encontraba nada bien.

Al terminar la primera “jornada” fui hasta el casino del colegio. Antes de entrar me encontré con mi primo-hermano, y decidí que quizás debía llevarme mejor con él, porque… lo quería o ¿no? El se encontraba en el mesón de comidas eligiendo postres.
-Ehh… ¿Camilo? – se sobresaltó un poco, y luego se giró para verme, sus centellantes ojos me atraparon.
- Hola Sofía – su acento seguía siendo un poco afrancesado, me sonreí, extrañaba ese idioma.
-¿Quieres sentarte en mi mesa? – dio un disimulado vistazo a la mesa que yo utilizaba siempre con el improvisado grupo de “amigos”, lo vi pensarlo más tiempo del que me hubiera gustado – Y creo que ya no es una pregunta – él se rió, para luego encogerse de hombros.
- En ese caso creo que debo ir.

Al llegar a la mesa en donde estaba Tania, Mandy, Pablo, (dos amigos de Iván que no recordaba el nombre), Iván, todos lo saludaron amablemente. Me senté al lado de mi novio, y Camilo se sentó entre Tania y yo. Noté a esta última menos habladora que otros días, y estaba un poco sonrojada.
Quise reírme, pero no pude, quería preguntarle a Camilo cómo estaba, y decidí aprovechar que los de la mesa se encontraban en una interesante guerra de chistes.

-¿Te encuentras bien? – dije de modo que nadie me escuchara, no alguien que no se encontrara a nuestro lado. Camilo suspiró.
-Sí, supongo – hizo algo así como una sonrisa, pero resulto ser una extraña mueca.
-Puedes contarme – sus ojos miraron directamente los míos, y vi dolor, no sabía cómo, pero realmente era como mirar a un espejo.
-Lo sé – suspiró nuevamente- pero no aquí.

Asentí. El almuerzo terminó y todos tuvimos que comenzar a devolvernos a nuestros salones. La próxima clase me tocaba con Iván, educación física. Fui hasta los camarines con una chica con la que habitualmente hablaba en estas clases, me costaba acordarme de su nombre, y ella a veces me llamaba “Sandra”, “Samy” o cosas así. Al sacarme la bufanda recordé que tenía “la marca”, me hice una coleta de lado, con la que lograba disimularla un poco. En el gimnasio como siempre estaban unidos todos en el centro, rodeando a la corpulenta profesora. Esta vez debíamos hacer abdominales, correr, sentadillas, y todas esas cosas que te dejan muriendo en el piso. Cuando me tocó correr Iván me alcanzó. Comenzó a burlarse de que yo era muy lenta.

-No te burles de mi, porque saliendo de esta cosa créeme que me las pagaras muy caro – dije “intimidantemente” aunque estaba segura que mi tono de voz daba más risa que miedo.
-¿y a qué se debe eso? – dijo mientras trotaba de lado. Levanté un poco mi coleta, y el lanzó una sonora carcajada.
- No me parece chistoso – golpeé su brazo. Me sacó la lengua como un niño pequeño.
- A mi sí.

Salió corriendo más rápido antes de que pudiera propinarle otro puñetazo. Ya vería mi venganza, y no le quedarían ganas de reírse de mí de nuevo.

Camilo’s POV
No era el mejor de mis días, eso estaba clarísimo, quería irme luego de esta mierda de colegio, no quería ver más las caras de aquellas chicas que me sonreían superficialmente. ¡Cómo si alguna le interesara de verdad lo que me pasaba!. ¿Tenía amigos en este lugar? No claro que no. Quizás Sofía podría llegar a ser mi amiga, eso deseaba, y bueno Iván era un buen tipo al parecer. No me sentí tan incómodo en el almuerzo con ellos, habitualmente me sentaba con mis compañeros en el equipo de rugby, pero ellos eran un montón de gorilas, debía admitirlo. Divertidos, pero gorilas.

Había una chica sentada a mi lado, que apenas habló en el transcurso del almuerzo, era linda, bastante diría yo. Pero bueno, nada del otro mundo. Sofía sin querer metió un poco el dedo en la llaga. ¿Cómo me encontraba? Como una basura humana, ¿Por qué? porque hace 9 años había muerto mi madre. Se sentía mal vivir el luto oculto en el corazón, y tener que hacerle creer a los demás que te encuentras perfectamente bien, pero mamá siempre me había dicho “Tienes que ser fuerte para que los demás no pasen por encima de ti” y así lo hice, seguí su consejo. Pero eso no quitaba que la extrañara a morir. Extrañaba sus abrazos, sus besos, sus “tranquilo hijo, aquí estoy, el monstruo de los sueños ya no vendrá”, éramos ella y yo nadie más. Mi tía, la mamá de Sofía, había llegado a llenar un poco el vacío de no tener a nadie, pero el vacío que había dejado mamá, nadie lo podría llenar, y seguía ahí, quemando, en lo profundo de mi corazón. Por fin había terminado este infernal lunes. Pensé en buscar a Sofía para hablar con ella, pero no, preferí irme solo a algún lugar, quizás tirarme a un rio. Bueno, la verdad no lo haría, es sólo para darle más drama a mi relato.

Iba un poco apresurado a la salida, quería sentirme un poco libre, y no lo sé, quizás ir a un bar como esos tipos de las películas, aunque pensándolo bien , con 16 años,  no llegaba ni a la vereda de cualquiera de esos lugares.

Algo chocó contra mí, y luego vinieron mil maldiciones en mi dirección, era una chica.  Me tambaleé un poco por el impacto, pero luego me estabilicé y la observé. Era la chica del almuerzo. Creo que se llamaba Tamara.

-Gran idiota, ¿podrías fijarte por donde andas, en vez de ir por los pasillos como un imbécil egoísta que no se fija en la gente que anda a su alrededor? – recogió rápidamente su mochila y me miró, en cuanto lo hizo se sonrojó, pero intentó mantener su actitud de enojo.
- Lo siento, señorita calmada – levanté exageradamente mis brazos. – para la próxima vez intentaré fijarme en el gran foco que alumbra tu andar, y quizás ahí no choque contigo. – me miró estupefacta por unos segundos, sostuve su mirada. Luego, sin que yo me lo esperara, soltó una gran carcajada.
- Touché , buena respuesta nuevo – sonrió un poco avergonzada, pero también ahogada por la risa. – bueno, disculpa por gritarte y esas cosas – se encogió de hombros, soy irritable a veces.
- Ok, no hay problema.  – le sonreí instintivamente.- Por cierto, soy Camilo – le tendí mi mano.
- Yo Tania – No era Tamara, aceptó mi mano, aún seguía con el rojo de sus mejillas – te vi en el almuerzo – sonrió tímidamente.
- Si, estabas a mi lado.- asintió- ¿te gustaría ir a algún lugar o algo así? – era mejor eso que irme a mi casa a mirar fotos de mamá. Mamá, algo en mi corazón dolió, pero al ver a Tanía me contagió su sonrisa.
-Ok, espero que esta sea tu disculpa –se rió. 

Nuevamente desapareci descaradamente, pero bueno, ahora termine las pruebas finales, y todo esas cosas, asi que ¡A escribir!, Bienvenidas nuevas seguidoras :) Saben ? amo subir capitulos, pero me ha costado demaciado encontrar tiempo para este, se me quemó mi laptop, tenía mil pruebas,etc, Excusas...excusas. Pero lo importante es que ya volvi, y aqui me quedare :D Se les quiere por no abandonarme :) Y espero que disfruten el cap! :D

1 comentario:

  1. pos mas t vale scribir de verdad ¬¬
    ya m abia olvidado de tu istoria ¬¬"
    aun asi m encanto ^^
    eso si
    la letra... s mu peqe :S
    intenta agrandarla algo q s muu dificil de leer ^^

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