martes, 14 de septiembre de 2010

Capitulo 3

Caminamos hasta mi casa charlando, él quería saber más acerca de mi, y pues también le dije lo mínimo.

-Y ¿Por qué tomamos este atajo? – pregunté mientras hacía equilibrio en un palo que estaba protegiendo a unas flores.
-No lo sé – se encogió de hombros – quizás para ver si puedo descubrir más acerca de ti.
- Créeme no soy muy interesante – sonreí, aunque supongo que pareció más una mueca.
- Yo creo que si lo eres – sentí que mis mejillas ardieron, por lo que bajé la mirada.

Iván se paró en frente mío y me dio un leve empujón logrando que perdiera la competencia de equilibrio.

-¿Sabías que eso es trampa? – ambos reímos.

Casi sin darme cuenta, ya estábamos llegando a la puerta de mi casa, las luces estaban prendidas, así que supuse que papá estaba preocupado, solía ser bastante sobreprotector a veces. Miré a Iván que iba tarareando una canción de no sé qué grupo, pero sonaba genial en sus labios… sus labios eran tan… “Eres una babosa Sofía” me reprendió mi mente. “¡Por qué no vas a molestar a tu abuela!”Dije mentalmente. “Linda, si yo me voy, tú te vuelves una Barbie babosa sin cerebro”, bufé. Y por supuesto Iván me quedó mirando extrañado.

-Tenías razón- apunté hacia la ventana que daba al living- si me estaban esperando.
- Siempre tengo razón – dijo con suficiencia.
- Seguro – me encaminé hasta el porche de mi casa, y saqué las llaves de mi bolso.
- Emm, ¿Sofía? – habló Iván, no muy seguro de hacerlo.

Me di vuelta para poder mirar sus ojos… tan lindos “Definitivo, eres una idiota” “¡Basta!, no deberías tratarme tan mal, te puedo extirpar o algo así”. Como no dije nada Iván siguió hablando.

-El viernes hay una fiesta de bienvenida de clases, y pues como uno de mis amigos la organizan, y obviamente yo también… ¿Quieres venir?
-Ehh, no lo sé, no conoceré a nadie de los que vayan – me mordí el labio inferior, no quería decirle que no, pero no me acomodaban las fiestas.
-¿Yo soy nadie?- enarcó una ceja- pero de todas maneras puedes invitar a quien quieras- sonrió- ¿Qué tal tu amiga…Amanda?
-Está bien – me encogí de hombros – Nos vemos, gracias por todo.

Él se acercó y me dio un delicado beso en la mejilla, y no miento al decir que sentí como si me hubieran puesto corriente eléctrica, me quise reír, pero hubiera parecido una drogada. En un estado de ensoñación entré a mi casa, y lo primero que veo es a mi padre sentado en el comedor, con una cara de muy pocos amigos. Me hizo una señal para que me sentara en la mesa, y eso hice. Odiaba preocupar a mi padre, pero se me había pasado muy rápida la tarde, y no me había dado cuenta.

-Te das cuenta que son las 7 de la tarde, y que tu sales del instituto a las 3, y que cuando yo llegué a las 5 tu no estabas – Me quedé pensando en los números ¿Por qué incluía matemáticas cuando me regañaba?, ¿Acaso sabia que eso era una tortura para mí? - ¿Dónde se supone que estabas?
- Ehh, pues, después de clases fui a caminar, y me senté a componer, y pues… se me pasó el tiempo volando – hice un gesto con mi mano y luego le sonreí.
-¿Y qué hay del chico que te vino a dejar?
- Este… él…¿Papá estabas pegado a la ventana esperándome? – me burlé.
- Sofía Agustina Rossi ¿Puedes dejar de cambiar el tema casa vez que te regaño?
- Quizás deberías dejar de regañarme, eso te ahorraría arrugas – me dedicó nuevamente su mirada de “déjate de juegos” – Ok, a él me lo encontré de camino a casa, es del instituto, y nos vinimos hablando de un trabajo, que debemos preparar para…Francés – No me gustaba mentirle a papá, pero todo esto era mejor que decir “Si papá es que me fui con un chico que odio después de clases, hablamos, luego se fue, después me encontré con Iván, y él me quitó un cigarro que estaba fumando , porque aunque tú no lo sabías… fumo y ¡sólo tengo 16 años!” Si, la hubiera hecho de oro.
- Está bien, pero la próxima vez avísame.

Asentí, y subí a mi cuarto.
Al día siguiente le dije a Mandy y a Tania (que ahora pasábamos más tiempo juntas) acerca de la fiesta que estaban organizando Iván y sus amigotes. Ellas por supuesto estaban muy emocionadas y Tania nos obligó a que nos arregláramos juntas y que por supuesto fuéramos de compras el jueves. Al principio no quería pero Tania logró convencerme. Nunca había visto una cara de perrito mojado mejor que la que ella hace, creo que le pediré que me enseñe para lograr que papá me compre la guitarra que tanto quiero. La semana pasó muy rápido, el jueves (para mi desgracia) fuimos toda una tarde de compras, aunque salir con Mandy y Tania era genial, y al final nos pasamos toda la tarde charlando y riéndonos de cualquier cosa.

-Definitivamente debes llevar ese vestido, es completamente para ti – Me dijo Amanda. Me miré al espejo y mal no se me veía, pero era muy corto, me di por décima vez una vuelta, para asegurarme de que no se me viera nada.
- Es necesario usar vestido – pregunté.
-No, pero nosotras sí los usaremos – rió Tania - ¿Quieres ser del montón?
- Si – dije con una sonrisa. Amanda negó con la cabeza – Es un poco ridículo ir tan formal.
- Oh dios, Sofía, eso no es formal, es sólo un vestido, además le pones accesorios casuales y ya está – dijo Tania.
- Ok, me lo llevo – me rendí al fin. El famoso vestido era negro y blanco, ajustado en la parte de arriba, strapless, y desde la cintura era englobado. Las chicas llevaban algo parecido, cada una a su estilo. Amanda con una celeste, y Tania uno verde.
El viernes las tres nos juntamos en la casa de Amanda, que era exageradamente grande, para poder arreglarnos. Afortunadamente ellas estaban tan nerviosas, que cuando les dije que no quería que ellas me maquillaran logré que me hicieran caso, ¡Benditos nervios! Tania estaba nerviosa porque esperaba ver a alguien, no me pregunten quien, porque no me quiso decir y Amanda estaba nerviosa porque era su primera fiesta que iba sola, es decir, sin su primo ni hermano mayor que la estuvieran vigilando. Por mi parte, tenía un pequeño nudo en mi estómago, pero a mí no me gustaban las fiestas, así que no supe interpretarlo. “Es por él, Iván” dijo la molestosa de mi mente. Rodé los ojos, “hoy te ignoraré”. Me delineé los ojos, tratando de no exagerar, porque según papá siempre lo hacía. Y mi vestido lo complementé con unos botines, no muy altos, que la verdad le daban el toque country a mi estilo.

Papá me había obligado a llevar mi celular “en caso de emergencias”, aunque podía apostar mi vida que no dormiría esperando una llamada mía. Así que le mandé un mensaje diciéndole que si no se acostaba me tendría que comprar la guitarra, seguro que con eso tomaba hasta somníferos. Definitivamente era un testarudo.

Iríamos a la fiesta en el auto de Charles (que también invite, sólo para que papá me dejara ir) y luego dormiríamos en la casa de Mandy. Las chicas ya estaban listas, y realmente se veían despampanantes. En eso sonó una bocina, y Tania se asomó a la ventana.

-¡Ya llegó Charles!- dijo emocionada. Amanda saltó en su lugar y sus mejillas se pintaron de un lindo rosa al escuchar su nombre.

Salimos al porche de la casa, y ahí estaba mi casi hermano apoyado en su auto, se parecía a los galanes de las películas. Estaba con una remera estampada, unos jeans rasgados y unas zapatillas que me enamoraron.

-¿Acaso no son los ángeles de Charles? – se rió. Y las tres lo seguimos.- Chicas no quiero ir de taxi, así que alguna se va de copiloto – Yo le guiñé el ojo a Tania, y ella enseguida entendió el porqué.
- Yo quiero pasarle mi número a Sofía, en caso de cualquier emergencia, así que prefiero irme atrás – dijo quitándole importancia con un ademán con la mano.
- Exacto – dije yo con una sonrisa.

Nos subimos rápidamente a la parte trasera del lindo Volkswagen scirocco plateado de mi amigo. Amanda nos miró con sorpresa, pero supongo que la intentaba disimular. Charles como buen caballero le abrió la puerta, y ella se sonrojó a no poder más. Sentía que Tania se estaba aguantando una carcajada, y como verla era gracioso, yo también empecé a aguantar.

La fiesta estaba a reventar, la habían organizado en un lindo campo, y la casa era gigantesca, más que casa parecía una mansión.
-Supongo que no quieres que ande contigo para todos lados- me dijo Charles- así que cualquier cosa me llamas a mi celular.

Asentí con la cabeza y me llevé del brazo a Tania, hasta la mesa de refrescos.

-Se ven tan lindos juntos- dijo emocionada-pero estoy segura que después nos matará.
- Algún día nos lo agradecerá.

Comencé a examinar la gran variedad de bebidas que había ahí, la gran mayoría tenía alcohol. Tomé la que tenía menos, y comencé a beberlo lentamente, no tenía intenciones de quedar borracha.

-Ehh, Sofía – me llamó la atención Tania. La miré y estaba sosteniendo un vaso en su mano.- ¿Crees que tomar me haría ver más grande?
-Definitivamente no.
-¿Y cómo tu lo haces?
- Pues porque soy una maldita viciosa – ambas nos reímos. Busqué entre las bebidas que había examinado recién, y le pasé una sin alcohol.
-Gracias, creo que iré a ver si mi hermano anda por acá – Aunque estaba segura que no quería ver a su hermano, ¿Qué ocultará?
- Ok, pero dame tu número, creo que se te olvido dármelo en el auto- me reí. Ella me lo anoto en mi celular y yo en el de ella. Me hizo un adiós con la mano y se fue. Intenté localizar con la vista a Charles y a Amanda, y ambos estaban de lo más divertidos bailando.

Comencé a caminar entre la gente, y de vez en cuando le daba un sorbo a mi bebida. Salí hacia el patio, y era mejor de lo que se veía por fuera, mucho mejor, calculaba que había 4 hectáreas de patio, los arboles y la pequeña laguna le daba el aspecto perfecto. Quise tirarme al agua que se veía espectacular, pero hubiera sido una escenita para no olvidar. Seguí caminando, reconocí a alguna gente que me saludó, y a otra simplemente no la había visto en toda mi vida, pero por cortesía también los saludaba. Vi a algunos de los amigos de Iván que estaban muy acaramelados con unas chicas, y también estaba Iván… esperen ¡Iván! Besándose con una chica, ¡Que digo besándose! Se la estaba devorando ahí mismo. Sentí que mis piernas flaqueaban, y sentí una ira apoderarse de mi cuerpo. ¿Pero que me estaba pasando? ¿Acaso yo era tan tonta, que creía que él no tenía novia?, ¿Y por qué sentía esto? ¡Si a mí no me gustaba! “Claro que te gusta, estás babosa por él”. No, no, no desafié a mi mente. Salí de mis pensamientos, puesto que me había quedado petrificada en mi lugar y no quería que nadie pensara algo equivocado. Vi que uno de los amigos de Iván le llamaba la atención y me señalaba. Yo no entendí qué pudo haberle dicho de mí, pero si atiné a caminar en otra dirección. Sentía rabia, mezclada con ira, mezclada con algo que no sabía qué era y no sabía por qué. Intenté encontrar algún lugar donde esconderme, o sentarme, a esta altura daba igual. Encontré una banca apoyada en un árbol, en donde sin pensarlo dos veces me senté. Saqué la cajetilla de cigarros de mi bolso y comencé a fumar tan rápido que me mareé. “Malditos cigarros, relájenme” pensé. “Lo necesitas a él”, me comunicó una vocecita en mi pecho”, Genial, otra voz. Sentí unos pasos acercarse, y yo me paré y comencé a caminar.

-Espera – dijo esa voz que no quería escuchar en estos momentos, pero tanto necesitaba oír ¿Raro no? - ¿Puedo hablar contigo?

Me volví a sentar, no sé por qué razón, en la banca, y el hizo lo mismo. Bajé mi mirada a mis botines, y volví a inhalar el humo del cigarro, ahora más lentamente. Por fin los cigarros me relajaban, “No son los cigarros” dijo la voz nueva “Es él”. Intenté ignorarla. Sentí una mirada sobre mí y no pude evitar mirar sus ojos. Y como supuse volví a sentir la presión en mi estómago, y parte de mi rabia se fue. Respiré hondo, conté hasta tres, y por fin hablé.

-¿Y? de qué quieres hablar. – mi voz sonó calmada, tal y como quería.
- Ehh… este… lo que viste allá no tiene ningún significado – dijo agachando la cabeza.
-No parecía eso, ¿Estás acostumbrado a besar a cualquiera?- lo miré, y el apartó su mirada.
-Ehh… pero como te digo… lo siento, eso no tiene importancia para mí- sostuvo mi mirada, y yo sentí como subía un leve calor por mis mejillas.
- No tienes por qué darme explicaciones, apenas nos conocemos, y bueno yo tampoco le tomé importancia.
-Pues no pareció – dijo en un tono burlón.
- Sólo me sorprendió, no esperaba verte tan… amoroso con una chica – volvió un poco de la ira al recordar la escenita- y creo que iré a otra parte, quizás a buscar a Tania – me incorporé.
- ¿Tania Lauper? – intenté recordar si ese era el apellido de mi amiga. Asentí.
- Está con Tom, los vi mientras te buscaba.

Mi boca cayó hasta los suelos. ¡Qué hacia Tania, con Tom!

-Ah ok- caminé hasta la casa, sólo para alejarme de él.
- Espera – me tomó del brazo y luego al ver que paré, bajo su mano hasta la mía y la sostuvo.- ¿Quieres bailar?- me tomó por sorpresa.
-Ehh… este.
-Ok no esperaré que me respondas, o me rechazarás con alguna escusa barata – se rió mientras me tiraba hasta la improvisada pista de baile que se había formado en el salón.

Comencé a seguir el ritmo de la música, era tecno. Iván me tomó de ambas manos, y cada vez que yo intentaba apartarlas, daba una vuelta o algo así para poder mantenerlas juntas. No era que no me gustara, pero la corriente seguía y parecía que me fuera a volver loca, era incómodamente genial. De repente comenzó un lento. Iván no dejándome ni siquiera dar un paso hacia atrás, me tomó de la cintura y me acercó lentamente a él. Su aroma me embriagó por completo. Puse mis manos en sus hombros, intentando mantener una distancia segura. Y él rodeó mi cintura con sus brazos. Era realmente cómodo bailar así, pero el cosquilleo seguía, y ahora estaba situado en cada parte de mi cuerpo que tocaba el de él.

-Se me olvidó decirte que te ves preciosa – me susurró al oído – aunque el vestido es muy corto y temo que no te estás salvando de las miradas de los pervertidos – me reí en voz baja. Me indicó con la mirada a unos chicos que no dejaban de mirar mis piernas. Él me dio vuelta, y me dejo contra una muralla.- ahí no te verán.
- Oh, mi héroe – dije burlándome, lo empujé un poco, porque nuestros labios estaban a un solo milímetro, era solo inclinarse un poco y juntarlos. Me sonrojé al pensar en sus labios, eran tan… perfectos.
- Te doy lo que quieras a que me quieres besar – dijo acercando su rostro al mío.
- Y yo te doy lo que quieras a que si te acercas un poco más, no podrás tener hijos en toda tu vida – el puso cara de asustado y desvió su rostro hasta besarme en la mejilla.
- Tenía que intentarlo – se rió.
- Convéncete que eso no funciona conmigo – me reí también.
-¿Quieres ir a la laguna?- enarqué una ceja- tranquila no te voy a violar – se burló.
- No entiendo por qué siempre me convences.
- Por qué soy persuasivo – dijo acercándose nuevamente, yo puse mis manos en mi pecho y lo empujé – Ok, menos para esto. ¿Vamos?
- Vamos- me encogí de hombros.

Al final cambie a Sofia, porque bueno ayer estuve buscando y tuve que combinar dos fotos, y al fin hoy encontré a la perfecta Sofia, y pues ahí la ven  :D. Gracias a todas las que leen :). Me gustaría que dejaran un "pase" :D, si pueden. Me preguntaron ayer si publicaría todos los días o algo así :$, pues esta semana si, porque estoy de vacaciones de fiestas patrias, pero luego pondré días para publicar :) no dejare esto botado :D. Se cuidan ;), y espero que les haya gustado el cap. 

2 comentarios:

  1. Hola...emm... como te llamas? Jaui?
    tu historia esta perfecta me encanto de verdad, estaba super enganchada, cada vez que bajaba la barra, decia "mierda, que no se acabe, que no se acabe"
    me gusta como escribes, transmites el mensaje que tiene que llegar al lector.
    Tom Y Ivan son lindos, no se por cual decidirme, jaja.
    Ivan es lindo pero siento que tiene un secreto oscuro, Tom es... raro pero lo siento honesto creo que me inclino mas por él, porque siempre me han gustado los chicos malos,jiji.
    espero que publiques pronto el siguiente capitulo.
    chao y besos!!
    PD: tu risa es... rara, jiji.

    .

    ResponderEliminar
  2. Holaa:D
    Ha estado realmente bien este capítulo y la foto ha quedado perfecta:)
    Siguee publicandoo^^
    Por cierto, por fin me he podido hacer seguidora oficialmente xD
    Besoos

    ResponderEliminar