viernes, 1 de abril de 2011

Capitulo 16

Domingo. Un día frío y oscuro, mucho más aún si sientes que has perdido la alegría de vivir. ¿Exageraba? Si, probablemente, pero era mi mente y se me podía ocurrir pensar lo que se me diera en gana.

Sentía la garganta apretada y me dolía el estómago de tanto llorar.

La noche anterior había pasado por tres etapas: La primera, fue angustia, dolor , desesperanza. La segunda, había sido sólo llanto, sólo llorar porque sentía que debía compensar con el llanto algún vacío que había en mi interior. Y la tercera…rabia, porque él no me había querido escuchar, porque quizás todo su amor había sido una vil mentira… “Pensé que te amaba” Esa maldita frase me había vuelto loca toda la noche. Él sólo pensó que me amaba, por eso no había sido capaz de escucharme por un maldito segundo. Estúpido, estúpido, estúpido…
Eso es lo que era, ¿Por qué debía gastar lágrimas en él, por qué debía sufrir por él?... Pues porque después de una larga noche, ya lo sabía, porque yo sí lo amaba y continuaba haciéndolo. Dicen que el estar con alguien tiene una gota de romance, una gota de masoquismo, y una gota de autodestrucción.

Estaba dispuesta a sepultar ese amor en algún recóndito lugar de mi corazón e intentar seguir adelante con mí, ahora sin gracia, vida.

Aquel día papá intento preguntarme una y otra vez que me pasaba, pero estaba segura que él ya sospechaba que tenía algo que ver con…él. Con la única persona que fui capaz de hablar del tema fue con Charlotte, ella se percató enseguida de qué pasaba. No intento saber del tema, sólo me abrazó mientras yo soltaba lágrimas como condenada. Me sentí mal, porque no me gustaba llorar frente a los demás, y yo estaba ahí para apoyar a Charlotte, no ella para servirme de apoyo a mí.

-Creo que la mejor opción para mí es quedarme soltera de por vida – suspiré pesadamente mientras apartaba las últimas lágrimas. Charlotte meneó la cabeza de un lado hacia otro y me miró con dulzura.
-Esa definitivamente será tu opción por ahora… Y te entiendo, creo que en cierto punto yo también lo creo. Pero eres joven Sofía, es tu primer amor, y sí, uno espera que sea el único, pero a veces nos equivocamos.
-Ni siquiera me dejó explicarle, y eso es lo que más me duele y me da rabia.
-Quizás deberías explicarle cuando las cosas estén más calmadas.
- No, él no me ama…¿De qué serviría?

Charlotte no dijo nada, era obvio que no compartía mis ideas. Aunque quizá yo tampoco quedaba de todo conforme con lo que pensaba, pero cuando lo viera otra vez, debía decidir. ¿Valía en verdad la pena luchar por un amor que nunca sintió lo mismo que yo sentía por él? Desde mi perspectiva, no. No lo iba a obligar a soportarme, cuando ya me había dejado claro que no me amaba y probablemente nunca lo había hecho.
Las horas de aquel día pasaron lentas y silenciosas. Charlotte me dejo mi espacio para pensar en mi habitación, aunque, para ser sincera sólo estaba mirando el techo, en busca de no sé qué cosa. Las lágrimas no tardaron en aparecer, y me enojé conmigo misma por ser tan débil.

El día lunes llegó sin siquiera avisar, ni me había dado cuenta de que ya había amanecido y que yo no había pegado pestaña en toda la noche. Decidí orgullosamente que iría de todas maneras a clases, no dejaría que nadie pensara que algo pasaba conmigo, claro que no, yo era fuerte…O eso quería creer.
Me lavé la cara y me maquillé un poco intentando disimular las ojeras. No era mi mejor día estético, pero quizás pasaría como un mal sueño… nada más.

Papá se ofreció a llevarme, obviamente accedí enseguida, ya que unas feas nubes de otoño amenazaban con soltar agua en cualquier momento. Él estaba preocupado, y como no se atrevía a preguntar ya que sabía que yo no respondería, nos envolvió una burbuja de silencio incómoda. Al bajarme del auto él soltó un bajo : “Cuídate pequeña” .

Al entrar al instituto sentía varias miradas sobre mí, las ignoré como de costumbre. Me encontré a mitad de pasillo con Camilo. Me acompañó a mi casillero y luego a mi sala. No preguntó nada, sólo hacía comentarios acerca de los estudios, o de algunos chicos de la escuela. Nunca lo mencionó, y eso lo agradecí. No estaba segura de haberlo superado por completo.

Las clases pasaron lentamente, y en la clase de historia había estado a punto de golpear a la oxigenada. No dejaba de burlarse de mí, pero Mandy me controló apretando fuertemente mi mano. Había tenido una clase con él, pero no había sido capaz de recorrer la sala para verlo. No era lo suficientemente fuerte. Me senté sola, ya que habitualmente él era mi compañero de asiento, y puse mi mochila para indicar que el puesto estaba ocupado.
 Supe que él se encontraba en la misma clase que yo ya que el profesor se dirigió a él.

-Señor Kozlov ¿Puede usted pasar a hacer el ejercicio?

Un silencio recorrió la sala, supuse que había asentido con la cabeza. Cruzó la sala y paso por mi lado. Yo tomé mi lápiz y comencé a hacer garabatos en mi cuaderno. No quería verlo, no podía. Pasó un rato en que todos comenzaron a cuchichear mientras, suponía yo, él realizaba el ejercicio en la pizarra.

-Listo, señor. – dijo con su tono despreocupado. Mi corazón saltó, pero me controlé. “Él no te ama” , me dije a mi misma. Levanté la vista y pude ver cómo pasaba altaneramente por mi lado sin siquiera dirigirme una mirada. Copié rápidamente el ejercicio de la pizarra y cuando, por fin, tocó el timbre , salí disparada hacia el cuarto de baño. Quise llorar ahí mismo, pero no quería ser tan vulnerable, tenía que seguir viéndolo el resto del año, debía poder volver a dirigirle la mirada sin romper en llanto.
A la hora de almuerzo me senté con Camilo, Tania, Mandy y algunos chicos con los que me topaba en algunas clases. Una chica colorina me miró tímidamente y luego habló.

-Así que… ¿Tu e Iván terminaron? – una punzada me recorrió al escuchar su nombre.
-Sí.
-Dicen que te engañó, ¿es eso cierto?
-¡Y eso a ti que te importa! –Intenté no gritar – Estoy harta de los cotilleos de pasillo, ¡Por qué no te consigues una vida!

La chica me miró estupefacta, y los demás tenían la misma mirada. También, estaba consciente que los chicos de las mesas cercanas me habían escuchado, pero antes que alguien pudiera hacer algún comentario, crucé todo el casino y salí de aquel lugar.

-Sofía – me di media vuelta y me encontré con Camilo. Corrió hasta quedar al frente mío.
- Fui una perra con la chica – mi voz se quebró. Mi casi hermano, me abrazó y me guió hasta un salón – Ni siquiera sé por qué me afecta tanto, odio esto, por qué no se meten en sus vidas, y dejan de hablar de la mía…
- Así son…Y debes estar tranquila ¿Si? – secó una pequeña lágrima que se escapó de mi ojo.
- Lo estaré, estoy segura…- no estaba segura si lo intentaba convencer a él, o a mi misma…
- Cuentas conmigo para todo, sé que no soy tu hermano de sangre, pero podemos jugar a que lo somos- me abrazó y yo internamente agradecí su apoyo.
-En verdad te quiero como si fueras mi hermano de sangre y no sólo mi primo – intenté sonreír.
-Yo también te quiero hermana- prima favorita – una pequeña sonrisa intentó aflorar en mi rostro.

Me acompañó hasta mi próxima clase cuando el timbre sonó. Y me sentí culpable porque por mi culpa se había perdido el almuerzo. Los cotilleos siguieron, y claro está, que mi escape de ira en el casino no había ayudado en nada a mejorar la situación. 

La semana pasó, y mis amigos se preocupaban más por mí. Sentía que papá estaba en el borde de la histeria, había vuelto a mi rutina de rechazada social, no salía e iba del colegio al trabajo (había vuelto a ayudar a papá en la tienda). Aunque iba más bien para ocupar mi mente en algo y no estar todo el día mirando el techo de mi habitación. Charlotte era un amor de persona (¿Ya lo había dicho?) Y Camilo recurrentemente me acompañaba a casa luego del instituto. Sentía que estaba siendo una carga para las personas que quería y sinceramente no quería serlo.

Me preparé para una nueva semana de instituto, el día en que todo había pasado se veía tan lejano que me costaba pensar que sólo había pasado una semana, una horrible semana. Había intentado volverme invisible en el colegio, pero era casi imposible hacerlo si todos estaban hablando a tus espaldas de ti. Él no me había dedicado ni una sola mirada, ni una sola palabra, y tampoco esperaba que lo hiciera. Yo no lo hacía. Tenía claro que ambos éramos muy orgullosos para aceptar que estábamos equivocados, yo no lo estaba, no esta vez.

¿Me seguía doliendo? Demasiado, pero no podía encerrarme en mi habitación a cortarme las venas. Nunca lo había hecho, y esta vez no sería la excepción. Llegué al instituto a pie, sólo quería respirar. Crucé los pasillos de forma silenciosa, sin darme el tiempo de mirar a nadie. Sólo levanté mi mirada cuando supe que estaba al lado de Tania y Mandy ( que últimamente no se despegaban de mi lado) Ellas comenzaron a hablar de una mega fiesta que se estaba organizando. Estaban tan emocionadas, que me sentí celosa de no sentir ni el mínimo deseo de ir. Caminé a su lado hasta que estuve en el salón de mi primera clase. No presté atención a nada, últimamente no lo hacía. Y ni me di cuenta cuando estaba en mi casillero para poder volver a mi casa. Como siempre no me recordaba muy bien si el último número de mi combinación era 4, 6 o 9. Maldije en voz baja mi torpeza. Sentí una estruendosa (y chillona)  risa venir desde un costado mío. Miré de reojo y pude ver a la oxigenada, con…Iván. Una punzada recorrió todo mi pecho, y la rabia contenida salió a flote aunque exteriormente seguro nadie lo notó.

Me di vuelta a mirar la escena, ella lo estaba acorralando contra los casilleros a unos cuantos metros de mi posición. Ella me estaba mirando de reojo, sabía que me estaba provocando… Me di vuelta y seguí intentando poner la combinación de mi casillero lo más rápido posible.

Lo había visto, su cabello despeinado, su chaqueta ancha que dejaba ver su camisa, sus jeans gastados. Casi hasta sentía su olor. Pero no podía volver a dirigirle la mirada, no si estaba con esa zorra. Cerré de golpe el casillero y me dispuse a pasar rápidamente por el lado de “la nueva pareja”. Ella estaba a su lado intentado, no con mucho éxito, tomarle la mano.

-Hola Sofía – me dijo ella, apenas pasé por su lado.
-Hola Oxi – casi escupí el saludo. No levanté la vista, porque estaba consciente de que él se encontraba a su lado, aunque me percaté de que se había alejado un poco.
-Tengo nombre querida, me llamo Donnie,
- Me alegro – intenté seguir mi camino, pero ella se interpuso - ¡Qué narices quieres!
- Nada, sólo preguntarte, ¿Cómo va tu vida de soltera?¿La llevas bien?

Sentí que la cabeza me hervía, ¡Cómo se atrevía a preguntarme eso! Acaso no se daba cuenta que era una ridícula pregunta, y que en esos precisos momentos estaba que me echaba a llorar de rabia… pero seguramente le hubiera gustado verme llorar.
-La llevo bien – intenté pasar por su lado, pero nuevamente me tapó el camino.
-Deja eso ya Donnie – escuché decir a Iván, no lo observé, pero casi podía imaginarme su cara en esos momentos. Ella le sonrió y luego volvió a mirarme.
-Pues, me imagino que bien, ¿Estás ya de novia con Tomás?
-Basta – dijo él, con voz apretada. Quise darme el lujo de verle la cara, pero luego me arrepentí de haberlo hecho, él estaba enrojeciendo de rabia. Seguramente no quería verme, por lo que mi estómago se apretó. Quise correr como una niña pequeña y llorar hasta que me deshiciera, pero no podía, porque era orgullosa, y porque sentía más rabia que pena en esos momentos.

Mi puño voló a su rostro, y ella cayó de espalda al piso. Quizás la había golpeado muy fuerte, pero la satisfacción de verla con miedo (suene mal o no) me hizo no arrepentirme. Iván me miró sorprendido. Corrí mi mirada de la suya enseguida, porque casi no aguantaba la angustia. Un grito me despertó de mi lamentación mental. Casi había olvidado a la oxigenada que estaba tirada a mis pies, por un segundo sólo habíamos sido Iván y yo. Suspiré ya que nunca más habría un “Él y yo” , eso debía aceptarlo de una buena vez.

-¡Señorita Rossi! ¿Qué significa esto? – me gritó el inspector. “Perfecto Sofía te metiste en una grande” pensé para mí misma. El inspector me dirigió a su oficina y luego de darme un gran sermón, llamó a mi padre.

Papá casi no creía que yo le hubiera pegado a una compañera. Pero no dijo nada, aceptó mi suspensión de tres días sin decirme absolutamente nada en frente del inspector y director del instituto. Cuando por fin pudimos salir de la diminuta oficina papá me dedicó una mirada indescriptible.

-¿Qué te pasa hija? – su voz delató que en verdad estaba desilusionado.
-Lo siento papá, no me pasa nada.
-¿Tú crees que soy estúpido? Hace una semana que andas extraña, pareces un sonámbulo todo el día, haciendo las cosas sólo por hacerlas… Me gustaba verte reír y disfrutar, pero ahora no lo sé, por favor dime si puedo ayudarte, quiero ayudarte – puso sus manos en mis hombros.
-Papá tu ya me has ayudado lo suficiente, enserio lamento lo que sucedió, prometo que no volverá a pasar.
-Rayos, recuerda que siempre he hecho lo posible por que tu estés bien, pensé que empezando una nueva vida en este país todo iba a estar mejor. Pero tú sigues igual, quiero que seas feliz, y creí que con ese chico lo eras, pero si ya no estás con él, no tienes por qué echarte a morir, no será el último amor de tu vida.- sabía que papá tenía atrapadas esas palabras desde aquella noche que veló mi sueño la semana pasada.

 En cierto modo, yo sabía que él tenía razón, seguramente yo no era ni la primera ni la última chica que había sufrido con su primer amor. Pero todo me recordaba a él, todo era una parte de la corta, pero maravillosa, historia que había tenido. No podía negar que había tenido el más perfecto primer amor, pero tampoco podía decir que el quiebre no había dolido, porque sí, seguía doliendo. ¡No era capaz ni de mirarlo a los ojos! Porque por una parte lo odiaba por no haber confiado en mí, lo detestaba por decir que pensaba que me amaba, pero también lo seguía amando y me sentía la persona más estúpida del planeta.

Con papá nos subimos al auto en un silencio incómodo (común en los últimos días). Estaba haciéndole daño, y yo debía estar bien, para que mi amado padre lo estuviera.

-¿Puedes llevarme donde mi…mamá?
-¿Qué? – papá quitó la vista del camino y me observó.
-Sí, quiero verla.- hasta yo me sorprendía de mi petición, pero había algo que me hacía pensar que estaría bien hablar con ella.
- Está bien.

Dio la vuelta en la siguiente esquina y luego me encontré con la linda casita en donde vivía Camilo y mi madre. Respiré hondo antes de tocar la campanilla de la entrada. Una mujer con cabello ondulado y profundos ojos azules, que al verme se abrieron, salió a ver quien tocaba.

-¿Sofía?
-Hola.
- Hola – se acercó y me indicó que pasara.

Cuando entré sentí el olor de mi madre impregnado en todas partes. Me senté en donde me dijo que lo hiciera. Nos observamos por unos segundos, era difícil comenzar a hablar cuando no se me ocurría ninguna razón para que me dieran ganas de venir a visitarla.

-¿Cómo va todo? – examinó mi reacción.
- Pues, me acaban de suspender por tres días.
-¿Enserio? – enarcó una ceja- ¿Qué hiciste?
-Le pegué a una chica.

Luego le conté todo lo que había pasado, no tenía idea de por qué me daban ganas de que lo supiera, quizás esperaba que me comprendiera, quizás quería el apoyo de madre, quizás todo lo que me apoyaban mis amigas, no era suficiente. Quizás en verdad necesitaba a mi madre en mi vida.

-¿Entonces ya no estás con el chico? – Se sentó a mi lado. Yo negué con la cabeza. Una lágrima rodó por mi mejilla y yo quise que ella me abrazara. Así lo hizo, me dejó que llorara hasta que me cansé, entre sollozos le conté partes de lo que había pasado, algo así como un resumen de todo. Acerca de Tom, del accidente, de la noche de la tocata, todo. Acarició mi cabello como cuando yo era pequeña y tenía pesadillas en las noches. Me sentí nuevamente en Francia, volví a cuando era pequeña y no tenía preocupaciones, cuando todo era color rosa.
-Me siento mal, porque papá se preocupa mucho…
-Claro que lo hará cariño, te cuidara hasta que él deje de existir, al igual que yo, para eso existen los padres, y él es el mejor padre del mundo- Estuve de acuerdo con lo último.
-Creo le diré que si me iré a Francia, que si quiero – más lágrimas cayeron por mis mejillas. Mamá pasó su mano por mi mejilla con cariño.
-No tienes que hacerlo si no quieres.
- Él se lo merece – lloré – siempre ha hecho todo por mí, creo que llegó la hora que yo haga algo por él.
-Hija…
- Lo único que creía que me sostenía acá, era…él. Pero el ya no me ama, me ignora todos los días, y siento que en cualquier momento voy a caer en pedacitos en el medio del pasillo del instituto.
- Te entiendo querida, y sabes que te apoyaré, al igual que tu padre, en todo lo que decidas. Pero tienes que decidir cuando estés pensando con la cabeza fría.
-No hay nada que pensar… mamá, ya lo decidí, estoy segura de lo que quiero. Papá se lo merece.

Ella suspiró y asintió. No estaba segura si se había rendido o en verdad estaba de acuerdo conmigo. Pero daba igual, me había dado cuenta de que eso era lo mejor, y que quizás lejos de todos podría olvidarlo.

Eso era lo que más quería, no recordar nada, porque seguía doliendo como el primer día. 

Hola a todas! (: Gracias por sus lindos comentarios en la publicación anterior. Mi comentario para este capitulo es : RARO, o quizás de transición. Ademas que estoy con un dolor horrendo de cabeza y de oído ( Si, soy una estúpida y me resfrié) 
En el próximo capítulo ( suena a telenovela xD) creo que habrá un Iván's POV , lo extrañé en este capítulo :( ustedes no ? , bueno estoy delirando así que me despido! Se cuidan...

4 comentarios:

  1. Hoyes est bin interesante esto... nomas con uidado de no pasarme capitulos jaajjaja saluUdoss

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  2. nooooo que no se vaya no puede dejar a Ivan =(
    la Oxigenda se lo ha merecido!!
    Bsoos

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  3. Dios que penaa TT enserio me mataste con el final de este capítulo!
    Jodr, pero que risotada me he dado cuando he leído lo del puñetazo a la Oxigenada, enserio, me he imaginado la secuencia de ese acontecimiento xDD
    PUF! Publica pronto! :)
    Besoos!

    PD: Sí, el capítulo ha sido Raro, ha sido: triste, conmovedor y con un poquito de acción y rabia contenida :P Ya quiero leer un Ivan's POV, que quiero saber su opinión sobre el puñetazo que le dio Sofía a la Oxigenada xD

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  4. :C porque me deprimes tus cap, segura :L que no andas con alguna pena de amor que te inspira? pues a mi me dejo casi c0rtandome las venas !
    creo que lo hare... xdddddd
    por cierto.. si no subes mas seguido como yo xd aksjdashd (sarcasmo )te hare lo que le hizo sofia a la rubia :B
    te quiero
    XOXO

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