jueves, 16 de septiembre de 2010

Capitulo 5

Al llegar a casa de Amanda, nos despedimos de Charles, y nos escabullimos por la cocina, y le pedimos a Marta que nos dijera si el camino estaba libre. Y al parecer los padres de Mandy no se habían dado cuenta de nuestra ausencia. Al llegar a la pieza de ella, por fin pudimos respirar en paz. O eso pensé yo…

Mi celular comenzó a sonar y para mi desgracia era mi padre. Contesté de inmediato.

-¿Sofía, no se supone que volverías para el almuerzo? – me regañó.
- Lo siento papá es que con las chicas se nos pasó el tiempo volando – mentí- ya voy para allá.
- Te paso a buscar en 10 minutos.
- Ehh papá…- comencé a reclamar pero él ya había cortado.
-Oh dios, mi papá viene para acá, necesito cambiarme ropa – corrí hacia el bolso de mano que había llevado.
- Y necesitas una ducha – me dijo Tania mientras me ayudaba a sacar algunas cosas.

Y tenía razón, mi cabello estaba pasado a cigarrillo. Me metí a la ducha rápidamente y no sé cómo pero me demore exactamente 3 minutos, ya que mis amigas habían hecho una apuesta y Mandy ganó. Me vestí a la misma velocidad, y cuando me estaba poniendo las zapatillas sonó el timbre, indicando que mi papá ya había llegado. Agité un poco mi cabello para poder sacarle el agua que caía en pequeñas gotitas y me estaba mojando toda la remera. Me despedí de las chicas y bajé para poder subirme al auto.

-¿Olvidaste que hoy me ayudarías en la tienda? – dijo mientras ponía en marcha el auto.
- Oh, maldición, ¿debo ir? – reclamé.
- Si quieres la famosa guitarra, si – se encogió de hombros. Bufé.
- Chantajista.

Llegamos a la tienda, me tomé el cabello en una cola alta, y me puse el delantal, que por lo menos no era ridículo como el de otros lugares. Comencé con el trabajo que siempre hacía, es decir, pedir ordenes y servir. “Por lo menos podría pasarme el dinero a mi” pensé. “Te lo gastarías apenas salieras y vieras la tienda de chocolates” se burló mi mente.

Tenía que ir mesa por mesa, diciendo la estúpida frase “Le puedo tomar su orden”, con una estúpida sonrisa, era frustrante, pero todo sea por la guitarra. Al llegar a una de las mesas un chico de más o menos 15 años se me quedó mirando con un brillo extraño en sus ojos, que realmente me asustó. Repetí la monótona frase, y el chico pareció reaccionar.

-Ehh, si quiero la Bacon burger – me sonrió.
- Ok, enseguida te la traigo – dejé el pedido en el mesón, y cuando me avisaron que estaba listo, se lo fui a dejar al extraño chico.
- Espero que lo disfrutes.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? – me dijo con ese brillo en sus profundos ojos azules - ¿Cómo te llamas?

Enarqué una ceja, y el chico me sonrió. ¿Qué debía hacer cuando alguien me pedía mi nombre según papá?, Oh si, dárselo. Por lo menos papá me pudo haber dado la opción “rechazarlo sutilmente”.

-Sofía – dije secamente.

Sus ojos se volvieron a iluminar “Definitivamente es tenebroso”.

-¿Rossi? – me sorprendí al escuchar mi apellido salir de su boca, pero lo dejé pasar, puesto que quizás habían personas que sabían que el dueño de la tienda era de apellido Rossi y tenía una hija. Asentí.
-¿Deseas algo más? – cambié de tema, porque ya me estaba hartando.
-¿No me preguntarás cómo sé tú apellido?
-No me interesa, y ahora cómete tu hamburguesa – me di media vuelta y me puse al lado de Charles, que tenía una cara que espantaría hasta un muerto.

Los padres de Charles habían peleado de nuevo, y eso a él lo dañaba, no se imaginan cuanto, pero intentaba no demostrarlo, yo lo sabía porque, simplemente para mí Charles era definitivamente fácil de leer.

-Llaman de la mesa 6- dijo Claire una de las ayudantes de cocina. Vi que era la mesa del chico, y estuve a punto de pedirle a mi amigo que fuera, pero al ver su cara supuse que un esfuerzo más valdría la pena por su amistad.

-Ya me comí mi hamburguesa – dijo contento.
-¡Qué bien!- dije con fingida felicidad.
-Mira Sofía yo no quiero que nos llevemos mal, es más vine acá para verte y me gustaría que me acompañaras a un lugar.
-Y ¿Qué te hace pensar que te acompañaría a cualquier parte?
- No lo sé, podrías usar tu instinto femenino, o algo cosa así, y ver que yo no te haría daño.
- Lamentablemente mi instinto hoy anda de vacaciones, así que será mejor que vuelvas otro día.
- Por favor – me rogó – te tomará menos de una hora.
-¿Y eso para ti es poco?, para mí es suficiente tiempo para secuestrar, amarrar, y matar a alguien. Él rodó los ojos, y encontré conocido ese gesto.
- Si quieres lleva a la fuerza armada, al FBI, a tu guardaespaldas, me da igual- se encogió de hombros.
- Está bien, pero espérate que termine de trabajar - le dejé un papel en la mesa- y ahí está tu cuenta.

¿Por qué mierda le había dicho que iría?, Bien Sofía, bien, me felicité falsamente. Y si yo no tenía ni perro que me ladrara, menos iba a tener un guardaespaldas. Miré a Charles que en otro momento hubiera sido mi primera opción, pero hoy no, supongo que hoy ni él sería capaz de defenderme. Miré también al chico, que ni sabía cómo se llamaba, Ok, sus ojos eran tenebrosos y la verdad muy parecidos a los míos, pero dudaba mucho que me fuera a matar. Sus intenciones parecían buenas.

Terminé con algunas mesas, y le avisé a papá que iría a dar una vuelta. No entendía por qué hacía todo esto, era una completa idiotez e imprudencia de mi parte salir con un extraño, pero había algo que me decía que era seguro. Maldito instinto, el día que te vienes a aparecer, pensé.

Me acerqué al chico, y le indiqué que ya estaba lista. Salimos de la tienda y caminamos en silencio hacia el oriente de la ciudad, no muy lejos de mi casa.

-¿Me podrías decir por lo menos tu nombre, sólo para saber el nombre de mi supuesto asesino? – él se rió ante mi pregunta.
-Camilo, y no te mataré, ya te lo dije.

Me quedé en silencio. Llegamos a una casa blanca con tejas rojas, se parecía a las que describían en los cuentos infantiles.  El jardín era muy simple, pero era realmente delicado, pequeñas flores adornaban el rededor de la casita, y unos pinos resaltaban desde el patio trasero. La cerca baja color blanco era el complemento perfecto para todo lo demás. Me recordó la casa de Francia (si, viví hasta los 6 ahí, hasta que mamá…). Unas enredaderas recorrían los muros de los costados de la casa. Me encantó. Camilo buscó las llaves en sus bolsillos, y cuando por fin dio con ellas, abrió la puerta, y dentro era todo aún más lindo, era muy hogareño, todo adornado con tonos pasteles, pequeños adornos, como flores, cuadros, fotografías de pequeños niños, y de un matrimonio estaban por doquier. Antes de poder examinar detenidamente las fotografías, Camilo habló.

-¿Quieres conocer el patio trasero? – dijo un poco divertido de mi inspección. Yo me limité a asentir.

Ok, cada vez me maravillaba más de todo lo que ahí había, sin duda todo me recordaba a Francia, los aromas a flores, las mini fuentes de aguas, los arboles, absolutamente todo. Era como si de repente, el tiempo retrocediera, y yo me encontrara de nuevo ahí, en medio del jardín de mi infancia, en medio del momento más alto de la felicidad en mi vida.

Flash-back

Todo era perfecto, pastel, flores, regalos, jugo, vestidos nuevos, más pastel. Mi cumpleaños. Había estado más de un mes convenciendo a mis testarudos padres de poder celebrar mi cumpleaños número 6, con todos mis amigos del jardín de infantes, y después de muchos llantos y berrinches, lo había logrado. ¡Cuánto los amaba!, esto era mejor de lo que había imaginado jamás, pensar celebrar mi cumpleaños como princesa al parecer se había quedado corto. Ni siquiera una reina tendría un cumpleaños tan perfecto. Mamá me había llevado dos días antes a comprar un hermoso vestido azul, que combinaba perfecto con mis ojos y con los pequeños bucles que caían sobre mis hombros. También se había dado el trabajo de organizar todo, y por supuesto eso había sido el motivo de que todo estuviera perfecto. Ella solía agregarle ese toque delicado y femenino a todo lo que tocaba.

Mientras todos mis amigos me cantaban el Feliz Cumpleaños, mis padres me fotografiaban orgullosos, mientras se tomaban con seguridad la mano, y me hacían pensar que nada en el mundo los iba a separar, nada ni nadie. Y yo simplemente estaba dichosa, no podía entender cómo habían amigas que vivían con sus padres separados, yo lo encontraba horrendo, espantoso, no sabía de mi vida sin ellos dos juntos, y así como estaban en ese momento…Inseparables.

En la noche cuando hubo terminado el cumpleaños y todos se habían ido ya… mis padres se gritaron.

A la semana: hubieron portazos.

A la segunda semana: gritos, portazos, papá se iba y llegaba hablando extraño, y por primera vez le temí.

A la tercera semana: Yo me escondí debajo de la cama, mamá beso a otro hombre, papá me abrazó.

A la cuarta semana: mamá desapareció.

Y en ese momento pensé que moría, en ese momento, pensé que el mundo había llegado a su fin, desde ese momento ya no era Ken y Barbie, era solo ella o sólo él, nunca unidos, porque si les juntaba las manos, siempre se separaban. Y papá me alejó de ese mundo, me alejó de aquella casa, me alejó lo más que pudo. Yo iba cada semana donde una señora que me hacía decirle todo lo que pensaba, todo lo que sentía. Y yo no quería decirle, pero sus ojos me asustaban, sus gafas me daban desconfianza. Papá me decía que todo marcharía bien, pero nunca mejoraba. Los chicos se reían de mí, porque yo era extraña, porque yo no tenía la familia modelo.

-¿Y cómo puedes soportarlo? – Dijo una chica de mi clase en un tono muy poco amigable – Tu mami no te peina, no te hace trenzas – me preguntó mientras me enseñaba su perfecta trenza. Yo negué rápidamente, y sentí que una lágrima caía por mi mejilla. Otro chico comenzó a burlarse de mí.
-Chica rara no tiene mami – me señalo, mientras repetía una y otra vez lo mismo. Luego el grupo que lo seguía comenzó a decir lo mismo. Sentía que en cualquier momento explotaría en lágrimas.
-¡Déjenla en paz! – grito uno de los chicos, que avanzó disolviendo la multitud. Él era solo un poco más alto que yo, tenía el cabello de un marrón clarito, y los ojos entre verdes y amarillos (más tarde descubrí que el color era hazel). Me tomó de la mano y me llevó a los juegos que estaban en la parte de atrás del patio de esa escuela. - ¿Estás bien? – decía mientras intentaba secar algunas lágrimas que salían descuidadamente de mis ojos. Asentí- No les hagas caso, son unos envidiosos. – su comentario me hizo soltar una risita, porque lo cierto es que ellos no tenían nada que envidiarme.
-Gracias- dije casi en un susurro- No tenias por qué hacerlo, gracias – repetí.
- No agradezcas tanto – se rió.

Más tarde mi papá se enteró, de boca de la sicóloga, que en el colegio me molestaban (yo tenía 7 años), y luego se imaginarán qué pasó. Papá comenzó a cambiarme como loco de colegio buscando algún lugar en que encajara. Y nunca más vi al niño, que ni el nombre recordaba.

Fin de flash-back.

Camilo me miraba expectante, como esperando que yo reconociera algo, como examinado cada uno de mis pensamientos, como si supiera que todo lo que había en ese lugar me recordaba cosas que no quisiera recordar.

-¿Qué querías mostrarme? – pregunté intentando no pensar en nada más que en la estúpida razón sin sentido por la cual había venido hasta este lugar.
-Esto, ¿no te recuerda nada? – agité mi cabeza levemente, como intentando juntar mis ideas, ¿Qué le importaba a él lo que yo pudiera o no recordar con todo esto?.
- No entiendo, y no, no me recuerda nada- mentí.

Una ola de desilusión cruzó por su rostro, y me seguí destrozando la cabeza buscando el motivo por el cual él quería que recordara algo. ¡¿Dónde diablos se metieron malditas voces!? Reclamé hacia mí misma.

-Soy tu hermano – dijo de repente – y yo sentí que mil dagas pasaban por todo mi cuerpo, sentí que me abofeteaban y que además me caía encima un luchador de sumo, ¡Si todo eso al mismo tiempo! Me reí, lancé la carcajada más grande de mi vida, y solo pensé en lo ridículo pero increíblemente razonable que todo sonaba, Ok, no estaba siendo YO razonable, pero no sabía qué hacer. Y… “si la vida te da limones, haz limonada”, y yo sólo atiné a reírme como imbécil. –Es enserio – dijo tratando de sacarme de mi delirio – Tu madre y la mía es la misma – otro luchador de sumo cayó encima de mí, y esta vez me llevó al suelo. Sí, me caí.

Pensé en la mujer que se había ido y que no había vuelto a ver durante 10 años, miré a Camilo, y dios! Se parecía tanto a mí. Pero él tenía un poco menos que yo, y pues, ¿Cómo?, si ella se había ido cuando yo tenía 6, y tan mala para las matemáticas no era como para saber que nada de esto calzaba. Si hubiera estado el maldito pino cerca, les juro que me hubiera dado pinazos en la cabeza, pero mis piernas no me daban, y yo seguía tirada en el suelo, pensando y pensando, cómo encontrarle sentido a todo. “Hubiera preferido que él fuera un ladrón o un asesino” pensé.
-¿Camilo? – Dijo una voz femenina que me hizo quedar más pálida de lo que ya estaba- cariño llegué – gritó. Si no hubiera estado sentada en el césped seguro me caía de nuevo. Como pude me paré, y esperé valientemente enfrentarme con lo que venía. –Qué haces a…- dejó la palabra en el aire apenas me vio - ¿Una amiga? – le preguntó a su hijo – reí amargamente, y con todas mis fuerzas aguanté que saliera una lágrima.
-Me voy, adiós Camilo.

Pasé rápidamente por al lado de esa señora, luego que estuve en la calle, corrí, ni siquiera vi la dirección, sólo necesitaba alejarme, como lo había hecho papá hace años, debíamos correr, de ella.

Miré el cielo que se había tornado de un gris otoñal.

-¡Por qué la trajiste hasta acá! – susurré mientras una lágrima corría por mi mejilla- ¿te lo pedí acaso?, ¿Necesitabas hacerme esto? – Más lágrimas - ¿¡Te divierto!? – grité, sé que quizás me veía ridícula, pero daba igual, el mundo podía tirarme piedras, pero nada importaba, el mundo y todo lo que este contenía se podía ir un rato a la mierda. Me senté en una plaza, que afortunadamente estaba sola, y lloré, lloré como había estado aguantándome hace años, lloré como la sicóloga había dicho que no debía hacerlo, ¡Y qué importaba!, si de seguro esa señora no tenía idea en verdad de lo que yo sentía, de seguro sólo decía cosas como “Y cómo te sientes con eso” sólo para ganarse el pan de cada día, y tenía derecho en hacerlo, el mundo era así. Escondí mi rostro entre mis manos, e intenté quitarme toda la rabia y pena que sentía, todo el dolor que me había causado verla nuevamente. ¡Ni siquiera me había reconocido!, lloré aun más. Sentía frio, pero ya no estaba segura de que fuera por el clima, o porque mi corazón se estaba congelando.
- Gracias al cielo al fin te encuentro – dijo una voz, y luego sentí que una tela se deslizaba por mis hombros – no quise levantar mi rostro, no quería que me viera así, no él.    


 Pues mejor tarde que nunca no (?, salí toda la tarde y gran parte de la mañana; y pues escribí el cap hace poquito :3, emm espero que les haya gustado; Bienvenidas las nuevas seguidoras, y gracias por comentar lindo ^^, Se Cuidan & espero que hayan disfrutado del cap.

7 comentarios:

  1. O_o!!!
    Como qe tiene un hermanoooo??
    Por el la dejos mama???
    Camilo fue el que la encontró???
    Me has dejado llena de interrogantes!!
    Ya quiero sabr mas!! Jijiiji
    Espero y publiques prontito!!!
    Bsos

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  2. geeeenialll!! continua por favor, me gusta mucho tu historia :D

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  3. OH! :( que triste llore con este cap! pobre sofia.
    yo tambien estoy llena de interrogantes,
    por favor, por favor escribe pronto! que quiero saber quien es el que llego, aunque me imagino que es el papá ¿o no?
    felicidades tu historia va genial y escribes excelente.
    bueno... chao y besos!!!

    .

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  4. bueno en primero k me enkanto tu historia
    en segundo k visites mi otro blog:
    http://landnobody.blogspot.com/
    y tercero muchisimas gracias x aber visitado mi blog y tomarte las molestias de comentar
    sigue asi y no dejes de brillar nunca xD

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  5. Dioooooos T.T
    Es su padree o es Iván o el Camilo?
    Ayy yo quiero leeer más x)
    Me ha dejado K.O. este capítulo, cómo pudo hacerle eso la madre?
    ufffffff
    Y encima va el otro tan tranquilo..yo no puedoo que me pongo histéricaa xD

    Espero al siguiente capítuloo!
    Besoos

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  6. no habia visto el comment en mi blog, linda ! ♥ haha, yo tambien te amo baabosa ! haha, no se si siga con mi fic, pero se qe hare otro ! haha, amo el tuyo, sabes ? :) las cosas qe escribo... es lo qe siento .. SIENTO POEATICAMENTE! haha, soy seecka ! (: haha, un besoo, y te amo :$ haha, amiga baabosa ! (;

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  7. Holaa:D Gracias por pasarte, me gusta como escribes, poco a poco leeré tu historia! Te sigo y asi me entero de qe escribes! Un muak! ;D

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